La oración es vaciar el corazón, "No esconder nada
delante de Dios", dejar que Él nos descubra con nuestros sentimientos,
heridas, anhelos, esperanzas; no consiste en querer presentarle un corazón
perfecto y fuerte, no necesita Él de eso, prefiere en cambio la transparencia
de quien se muestra tal cual es, tal cual se siente, tal como está al momento
de hacer oración, sin querer disfrazar o adornar su realidad.
"Me muestro a Ti Señor tal como soy porque somos
amigos, porque te tengo confianza y porque sé que " La perfección esta en
el amor", no en la perfección del corazón".
Aunque no te reconozca Señor, aunque no te pueda ver, En
cada oración te busco, tú lo sabes, te presento mi corazón, mis deseos, mi
presente, mis anhelos y temores. Muéstrame dónde estás, qué quieres de mí, dame
razón de mi existir dejándome escuchar tu voz”
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