Dios y Señor Nuestro, Padre, Hijo y Espíritu Santo, cuya Providencia no se equivoca en todo lo que dispone, y nada acontece que no lo ordene, rendidamente te pedimos y suplicamos que apartes de nosotros todo lo que nos pueda separar de Ti, y nos concedas todo lo que nos conviene. Haz que en toda nuestra vida busquemos primeramente Tu Reino y que seamos justos en todo; que no nos falte el trabajo, el techo bajo el cual nos cobijamos, ni el pan de cada día. Líbranos de las enfermedades y de la miseria; que ningún mal nos domine. Sálvanos del pecado, el mayor de todos los males, y que siempre estemos preparados santamente a la muerte. Por Tu Misericordia, Señor y Dios Nuestro, haz que vivamos siempre en Tu Gracia.
Así seremos dignos de adorar Tu amable Providencia en la eterna bienaventuranza.
Amén.
ORACIONES CATÓLICAS DE PODER
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